Fernando Pessoa y El Internacionalismo Militante

«La primera verdad de la sociología es que “la humanidad” no existe. Existe, eso si, la “especie humana” pero en un sentido meramente zoológico: la especie humana, como la especie canina.

Además, la expresión “humanidad” solo puede tener un sentido religioso --- lo de que seamos hermanos en Dios, o en Cristo.

En la realidad social, solo existen dos entes reales –- el individuo, por que es vivo de verdad, y la nación por que es la única manera como eses entes vivos, a que llamamos individuos, se pueden agrupar socialmente de un modo estable y fecundo.

La base mental del individuo es el egoísmo; ese egoísmo es lo de la Patria, en lo que nos reintegramos a nosotros por intermedio de los demás, fuertes de lo que no somos.

La humanidad no existe sociológicamente, no existe frente a la civilización.

Considerar la humanidad como un Todo es, virtualmente, considerarla como una nación; pero una nación que deja de ser nación se vuelve absolutamente su propio entorno. Ahora bien, un cuerpo que resulta absolutamente perteneciendo al entorno en que vive es un cuerpo muerto.

La muerte es eso – la absoluta entrega de si proprio al exterior, la absoluta absorción en lo que lo cerca. Por eso, el “humanitarismo” y el “internacionalismo” son conceptos de muerte, sólo las mentes nostálgicas de lo inorgánico pueden concebirlos agradablemente.

Todo el internacionalista debería ser fusilado para que obtenga lo que pretende: la integración verdadera en el entorno a lo que tiende a pertenecer. Solo existen naciones, no existe humanidad.»

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(Fernando Pessoa, “Obras em Prosa”, “Sobre Portugal”, III Volume, Edição do Círculo dos Leitores, 1987, página 316) – Tradução da minha lavra